NOTA DE PRENSA

El jueves pasado 23 de mayo 2019, se emitió sentencia contra el Ayuntamiento de Bétera y a favor de los vecinos de la AAVV de Mas Camarena. La sentencia obliga al Ayuntamiento a pagar más de 95.000 euros (y  también las costas) por el precio de la basura del año 2017. La AAVV pagó ese ejercicio que le correspondía al Ayuntamiento como ha quedado jurídicamente demostrado.

Sin duda es una enorme derrota para el equipo de gobierno que lidera Compromis con el seguidismo de PSOE y Podemos. Y es un triunfo para el tándem compuesto por la Asociación de Propietarios de Mas Camarena y la Coalición del Partido Mas Camarena y Torre en Conill que llevan varios años peleando contra la oposición abierta, explicita y sin complejos de Compromis de Bétera.

Las partes vencedoras del litigio se congratulan fuertemente dado que el Ayuntamiento de Compromis ha hecho "Casus belli" de este tema y puso todas sus fuerzas e impedimentos contra algo que era evidente y de pura justicia.

Cabe preguntarse el porqué de tanto empeño contra las urbanizaciones. Y la respuesta está sin duda en su concepción del pueblo central y como ven a los vecinos de las urbanizaciones, y a donde tienen los votos de su formación.

Antecedentes para información periodística:

Este cierre de capítulo viene de muy lejos. Desde hace 30 años y hasta enero del 2018 la AAVV de Mas Camarena venía pagando la basura de la Urbanización (95.000 euros al año) y  el Ayuntamiento se lo ahorraba.

Así mismo la AAVV pagaba la limpieza de viales, el mantenimiento de Jardines, y el alcantarillado hasta hace apenas 5 años por estos tres últimos conceptos el Ayuntamiento pagaba una pequeña cantidad que llegó a ser entre el 10% y el 30% de los costes reales, con el ahorro municipal correspondiente que nunca se tradujo en menores impuestos para los vecinos.

Esta irregularidad flagrante se trató de solucionar en la legislatura anterior (2011 a 2015) llegando a un acuerdo entre el Partido Popular y el Partido Mas Camarena. Según esos acuerdos la asunción de la gestión de estos cuatro servicios por el ayuntamiento (como era su obligación) se haría en dos etapas para minimizar el impacto económico de esas cantidades nunca presupuestadas. En esa legislatura mencionada se haría cargo el Ayuntamiento de la limpieza viaria y de la jardinería (el PP cumplió y así fue) y el mantenimiento del alcantarillado y la basura sería en la actual legislatura (2015-2019). Por ello se nos pidió paciencia durante esa legislatura respecto a la basura y aceptamos esperar (somos muy prudentes y razonables). El contrato de basura se aprobó y nosotros decimos esperar a cambio de los dos servicios que se asumían en ese instante. Eso fue negociar y más en una posición débil de dos concejales de Mas Camarena en un equipo de PP y UPIB con mayoría absoluta que no nos necesitaba para gobernar.

Pero en la legislatura actual entró a gobernar Compromis, y en minoría los dos socios PSOE y Podemos, y a partir de ese momento todo fueron dificultades. El alcantarillado era muy barato y lo obtuvimos con poca presión. Pero la basura era más compleja por coste y por la estructura de Mas Camarena de Sectores.

Compromis sólo se puso a solucionar la recogida de basura bajo la amenaza de nuestra demanda por ser un servicio básico del Ayuntamiento y le dijimos que tenían que asumirlo quisieran o no.

No fue una iniciativa voluntaria de Compromis, fue bajo presión, a la fuerza. Pero para que no tuviésemos ni un euro diferencial más que el pueblo (no consideraban que llevábamos 30 años de retraso en los pagos, ni que para todo hay que ir al pueblo, ni que la tonelada de basura era más cara de media en el pueblo que nos costaba a nosotros) quisieron imponernos una tasa enorme. Pero cuando hicieron los cálculos vieron que la pagábamos más barata que la media del pueblo, matemáticamente la tasa era 0 euros. Bajaron la cifra para no hacer el ridículo: habían hablado mil veces de imponernos una tasa a eso que quieren un trato diferenciado como si el formato de casa no estuviese desde el principio y aprobado en el plan general urbano pro el propio ayuntamiento.

Por salvarles la cara y por avanzar nuevamente aceptamos por prudencia unos cálculos de una tasa ridícula 6.000 euros al año para 1250 casas (no llega a 5 euros por casa y año). ¡Vaya tasa! Pero necesitaban justificar algo de sus bravatas de que nos iban a obligar a pagar el extra, el enorme coste extra que ya ven como quedó.

Aun así solo tenemos recogida seis días a la semana y no siete como el resto del pueblo.

Pues bien como se comprometieron a dar el servicio desde enero del 2017 y había en presupuestos esa partida, cuando por razones internas del Ayuntamiento no lo hicieron hasta 2018, se les dijo: "vuestro retraso de gestión no tenemos por qué pagarlo nosotros, y menos existiendo la partida de 95.000 euros".

Pues una vez más Compromis seguidos i silentes el PSOE y Podemos nos dijeron que NO.

Pedimos verbalmente, por registro, la Coalición, la AAVV y la respuesta era NO verbalmente o ya veremos y formalmente y por escrito, silencio administrativo, ni contestar. Insólito.

Hicimos hasta tres mociones para que el pleno se definiese, y con el voto en contra del Equipo de gobierno conseguimos aprobar el pago. Pues ni así aceptaban pagar.

Amenazamos con demandar, pues tampoco así. Demandamos y ofrecimos retirarla si nos pagaban, tampoco así. Pidieron dos informes técnicos para excusarse en ellos y salieron favorables a nosotros. Meses después, y a petición del juzgado, apareció un tercer informe contradictorio con los dos anteriores que determinaba que no se nos podía pagar los 95.000 euros. Obviamente esa "casualidad" de aparecer sobrevenidamente un tercer informe afín con las tesis defendidas muy anteriormente, sin consistencia técnica ni jurídica por Compromis era como hecho "ah doc".

Pues bien después de varios años, mociones, e informes, y muchos debates plenarios, finalmente el juez ha fallado contra el Ayuntamiento de Compromis, PSOE y Podemos, y a favor de la demanda de la AAVV de Mas Camarena y a favor de todo lo defendido por la Coalición Mas Camarena Torre en Conill.

Una gran victoria vecinal frente a un ayuntamiento que pierde clarísimamente, en su posición marcadamente contra la urbanización.